Tao, el Camino del Agua

o “Nadie se baña en el mismo río dos veces” – Heráclito de Éfeso

tao

El Tao Te King es un pequeño librito de origen chino, de unos 2600 años, del que quizás has oído hablar. Es el libro fundamental de la mirada Taoista, una de las formas de espiritualidad principales de China y ahora del mundo.

Entre otras cosas, el libro habla del camino del agua. La idea detrás de este concepto, es que nosotros somos como el agua: infinitamente flexibles y siempre fluyendo. El problema es cuando no reconocemos esto y nos ponemos rígidos y nos resistimos.

El agua, atraída por la gravedad, fluye por cualquier terreno, sin resistirse. Si está muy caliente se evapora, para después condensarse y convertirse en lluvia. Puede disolverse en el mar, o en el cuerpo de un ser vivo, o puede ser una gota, o estar estática mucho tiempo en forma de hielo. Lo único que no cambia, es que siempre está viva y disponible para fluir.

Así mismo, en la vida lo único que no cambia es el hecho de que ella está en constante cambio. Lento o rápido, todo pasa. Si nuestro deseo es mantener las cosas estables y olvidarnos de las variaciones, entonces vamos a sufrir. Sufriremos tanto con la aparición de cosas nuevas, como con la desaparición de las viejas. Un mundo sin sorpresas, absolutamente predecible y estable, solo existe en una dimensión: la muerte. Podríamos definir la muerte, de hecho, como el no cambio.

Nosotros somos parte de la vida, no estamos separados de ella. Por tanto, tal como ella fluye, nosotros también. Negar esto implicará necesariamente sufrir.

Por tanto, te propongo lo siguiente: ¿puedes fluir con lo que la vida te presenta? Por supuesto, a veces hay que pelear y resistirse, eso tiene un lugar. A veces somos hielo. Pero cuando llega el calor y es hora de derretirnos y volver a fluir, ¿lo aceptarás?

Prueba no resistirte a lo que venga, y observa cómo se siente. Te vas a dar cuenta de que nacimos para bailar, y no siempre la misma música.